Lo fatal

Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror…
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!…

68

Nos derrumbamos
sin perder siquiera la costumbre de nuestros gestos,
por ejemplo mantener los ojos abiertos,
la mano en la posición que toma cuando amamos,
el hueso en su silencio,
la boca en la inminencia
de decir o callar algo.

Tal vez nos derrumbamos
sin que caiga lo que cada uno es
y eso siga flotando como una serie de espasmos
algo más furtivos por el aire.

Puede ser que los gestos que se aprenden no se pierdan,
aunque sí su aprendiz.
Si es así,
quizá alguna palabra entre muchas
puede haber sido dicha para siempre.

 

Poesía Vertical – Roberto Juarroz.

 

 

 

 

Te quiero

Te quiero:
Porque puedo vivir sin ti y elijo vivir contigo.


Porque sin ti no me muero y contigo tampoco.

Te quiero no por eterna mas bien por instantánea.

Te quiero porque si te vas me quedo y te quedas sin que me vaya,

Te quiero también,
porque no te quiero tanto, pero te quiero bien.

Te quiero por tu silencio y por tus palabras
y porque el futuro no existe mientras tengamos presente.

Te quiero, y quizá hasta te ame,
pero mientras te quiera, ¿qué mas da?


Te quiero por que hay algo antes de ti
y por todo lo que hay después de ti
y más que nada, por lo que hay contigo.

Te quiero por que te quiero
y me dejas pensar que me quieres.

Te quiero porque me tienes
y me dejas creer por un instante que te tengo.

Te quiero por que no eres lo máximo y pretendes no ser lo mínimo.

Te quiero por tu cuerpo y tu mente,
que son distintos, y están a distintas horas
y no pretenden nunca mezclarse.

Te quiero mucho, porque sin ti, no pasa nada
y contigo pasa de todo.

Te quiero por que dices sólo lo que quieres decir
y me haces rogar por lo que no dices
y de nuevo dices solo lo que quieres.

Te quiero por no ser la mujer de mis sueños
y ser la mujer de mis realidades.

Te quiero porque no eres la primera
y no pretendes ser la última y eso no te importa.


Te quiero tanto que a veces hasta me quieres por eso.

Te quiero porque te importa mi dinero, mi educación, mi casa,
mi familia, mi auto, mi perro y mi manera de vestir.

Te quiero de la manera más convencional, pero te quiero.

No soy el que más te quiere, pero te quiero de todos modos.
 
-Andrés Castuera-Micher

01

Se ve que tu forma de ser y ver ha cambiado conforme va pasando el tiempo.
Tus labios ya no se muerden entre sí, la diferencia.
No es que hayas aprendido completamente de los errores, solo que la cautela te ha enseñado a ocultarte tan bien.
Nadie te puede asegurar si esta vez será la definitiva, sabes que cada experiencia es única.
Tratarás de poner cada pedazo quebrado en otras ocasiones para ver si esta vez se pueden unir.
Sabes que podrás fallar en el inconsciente, pero improvisar te ha hecho más fuerte.
Cierra los ojos y comienza a degustar el nuevo sabor que se mezcla en ti.
Sino, otro día será.

17-2

Yo no te maté.

                                    Mi alma te di.

Yo no te sepulté.

                      Me enterré en una tumba más profunda. 

Yo no te embalsamé.

                    Porque ya estabas podrido.
Yo no te oculté.

                                      Te guardaste. 


Cómo quisiera tenerte.

17

Es increíble cómo después de una noche con 9 horas y media, sigas presente en la habitación. 

Tu olor se quedó para recordarme que jamás volverás a estar aquí. 

Debería quemar todo lo que esa noche tocaste… Por lo menos todo lo que con tu olor se quedó. 

No quiero dejarte ir. 

No te quiero tampoco aquí.

Desaparece ya. 

Me quedo con tu olor y con los días que tarde en desaparecer.

13 / 14

En lamento quedas.
Andaba con arrepentimiento y lo convertí en lamento para que en pasado te conviertas.

La primera y única despedida.
Pero ni tus lágrimas que me duelen, tus palabras de súplica, o la creación de recuerdos para el duelo hacen temblar la decisión.

La primera noche.
Te tuve por primera vez, para despedirme por última.
La mañana trajo el duelo, el lamento y el vacío.
Al vislumbrar la luz invoqué a la inconsciencia para no despertar y comenzar sin ti.

Lamento.
Lo único que queda.
Todo lo que te llevaste.
Lamento por haber dado tanto.
Lamento por ponerte antes que a mi.
Lamento por los que hice a un lado.
Lamento por los secretos.
Lamento por los engaños.
Lamento por el camino que jamás recorrimos.
Y lamento por tener que ser yo la fuerza de este adiós.
Lamento es lo que dejaste.